La educación moderna halaga su autonomía, pero no logra proporcionar la arquitectura interna de la libertad. Resulta que la educación más democrática no es la más moderna, sino la más clásica. Es una educación en la libertad, entendida correctamente como la libertad de hacer lo que se debe, no como la libertad de hacer lo que se quiere. La democracia debe fundamentarse en la capacidad de cada ciudadano de gobernarse a sí mismo antes de intentar gobernar a los demás.
Las matemáticas son el lenguaje de la ciencia y la herramienta indispensable para el estudio del mundo natural. La clave del éxito en todas las ciencias, especialmente en la química y la física, es una buena educación matemática.
La educación moderna nos dice que el aprendizaje debe ser divertido, pero ¿realmente debería serlo?