La pedagogía no tiene existencia separada de aquello que pretende enseñar, y, de hecho, depende mucho de lo que se enseña. Lo más importante en la enseñanza no es el cómo, sino el qué. La pedagogía no determina el contenido: el contenido determina la pedagogía. Los educadores modernos tienden a dar más énfasis a la pedagogía, subordinando el contenido a la técnica. La educación clásica apunta a lo contrario.